Según decía Epicuro los tres ingredientes necesarios para la felicidad son los amigos, la libertad y una vida bien analizada. En muchos lugares del mundo habitan personas a las que la vida, en vez de dinero para comprarse de todo les ha dado pobreza y deben trabajar duro para poder comer, no van vestido con lujos y no les importa ir vestidos de campo ni con trapos, y aun así, son mucho más felices que otras que lo no pueden parar de comprar, que tienen joyas y ropas caras,... porque tienen a su familia y una vida bien analizada.
Pero si es tan simple ser feliz, ¿Por qué la mayoría de las personas no lo son?
Epicuro culpaba a la publicidad. Por lo que parece las personas nos dejamos llevar por la publicidad que lo que intenta es que compremos más allá de nuestras necesidades, la cual nos intenta hacer entender que comprando perfumes, una casa...tendremos amigos, nos sentiremos libres y se solucionaran nuestros problemas, cosa que solo sucede si aprovechamos el tiempo para reflexionar sobre lo que nos preocupa. Actualmente todas las personas sabemos que la publicidad y el comprar, comprar y comprar porque tenemos suficiente dinero no nos da la felicidad, todos sabemos que sin amigos, el cariño de los demás, nadie sería feliz. No tener todo el dinero del mundo para poder comprar no nos hace infelices porque como bien dijo Epicuro, tenemos amigos, una vida bien analizada y autosuficiencia.
En la sociedad en la que nos encontramos los problemas ya están muy avanzados, porque la publicidad ya se ha encargado de hacernos creer lo que no es. Compramos sin necesidad de ello, compramos porque creemos las palabras que añade la publicidad a sus productos y compramos porque creemos que eso nos hará felices sin estamos un poco tristes y nos solucionara un poquito nuestro problema, pero el problema va creciendo si creemos eso y cada vez más porque no nos damos cuenta de que la felicidad esta siempre con nosotros, a nuestro alrededor y si que es difícil tenerla, por eso se nos va de las manos, hay que pensar y saber que los obstáculo no son económicos. Para vivir con sabiduría debemos recordar constantemente un argumento filosófico porque sino, lo olvidaremos.
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